Cuando la hermana de Miguel Ángel Cabrera, estudiante de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Eafit y actual beneficiario del Fondo Sapiencia EPM y Universidades, le dijo que tanto ella como sus compañeros de colegio querían pertenecer al Fondo, él, sin pensarlo dos veces, fue hasta la institución educativa y los inscribió. Quería que más estudiantes tuvieran la oportunidad que hoy en día él tiene: acceder a la educación superior.

Con su ukelele y en medio de un taller organizado por el Fondo en el Parque Comfama en Copacabana, Miguel recalca la importancia de recibir estos beneficios:

“Es muy bacano sentir que uno mismo hizo el mérito de que le estén ayudando a pagar la universidad y a recibir también sostenimiento. Valoro mucho el acompañamiento que nos brindan, porque siento que no se están desentendiendo sino que están pendientes de mi proceso”, explica.

Él está estudiando, primero porque le apasionan los sistemas y segundo porque considera que la educación es el mejor elemento para acabar con los prejuicios que tanto daño le hacen a la sociedad.

“Cuando uno estudia, conoce tantas personas y adquiere tantos conocimientos, se da cuenta que no vale la pena enfocarse en cosas malas, por ejemplo en prejuicios raciales, religiosos y de diferente índole, cosas que solo sirven para generar conflictos. Además, el tener profesionales cualificados hace que haya más desarrollo en el país”.

Este ingeniero en formación, se suma a las 35 mil personas de Medellín que han sido beneficiadas por el Fondo Sapiencia EPM y Universidades con oportunidades para el acceso a la educación superior a través de la modalidad de créditos condonables.

El llamado que él hace es a no dejar pasar por alto estos espacios, los cuales muchas veces “se pierden por desinformación”.

“Esta es una oportunidad demasiado grande, muchas veces este tipo de cosas se desaprovechan porque las personas no se enteran, entonces mi invitación es a que siempre que cualquier persona quiera estudiar hay que animarla a que busque las opciones de estudio”, cierra Miguel Ángel Cabrera, mientras va tocando sus últimas notas de su instrumento preferido.