• 13 jóvenes integran la tropa barrial de Sapiencia que recorre la ciudad compartiendo la información de la segunda convocatoria del programa Becas Tecnologías Alcaldía de Medellín.
  

El 13 normalmente es visto como un número de mala suerte. Sin embargo, para Sapiencia ha sido de buen augurio, pues 13 es el número de jóvenes que se le midieron al reto de recorrer las calles de Medellín para informar los detalles de la segunda convocatoria del programa Becas Tecnologías Alcaldía de Medellín.

Su principal motivación: que el próximo año, 1.800 jóvenes inicien sus estudios en alguno de los 26 programas tecnológicos de las tres Instituciones de Educación Superior del Municipio que hacen parte de esta convocatoria.

Son trece, más dos: Jonathan López, el que conduce la van que sortea calles empinadas, huecos y direcciones para llevar al equipo a su destino, y Don Carlos, quien maneja el carrovalla que circula por la ciudad con la publicidad de las becas y cuando se parquea sirve de base para las inscripciones móviles.

David Ortiz Blanco es la persona que se encarga de que todo salga bien, de que todo esté en su lugar. Él es publicista, aunque confiesa que le gusta estar en la calle, con la gente y conociendo. Todavía no ejerce su carrera pero sí le gusta el trabajo de campo y la logística. Siempre anda con su celular coordinando a todo el equipo.

Mauricio Beltrán es un tipo alto y flaco. Él es el que le pone la actitud al grupo cuando va por las calles o en las instituciones. Carmen Pacheco, por su parte, es una mujer que sabe reírse y gozarse los momentos, que habla claro y mirando a los ojos. Julián Cruz es el otro que conforma esta tríada que en los pocos momentos libres que deja esta labor, se dedica a catar cafés y buñuelos en las 10 comunas y 5 corregimientos priorizados.

Por otro lado están Yuli Agudelo y Luis Betancur. Son una pareja de esposos que se complementan a la perfección. Su sensibilidad como padres les ha permitido acercarse a los jóvenes generando confianza.

Camila Marín y Laura Rúa son un par de amigas que se conocieron mientras estudiaban psicología. Ellas demuestran entrega y actitud. Salen al frente y hablan con total soltura y precisión llevando la información a las instituciones educativas, en reuniones con líderes o en juntas empresariales.

Como en todo equipo de trabajo, nunca faltan también los chistosos. Manuela Álvarez piensa y habla rápido. Dos cualidades que le sirven para el humor, pero también para ser escuchada por los estudiantes de grado 11. Sebastián Álvarez es otro experto para gozarse a la gente, sin embargo, se toma su trabajo muy en serio.

Luis Miguel Ascanio lleva consigo su cámara a todas partes. Es un aficionado a la fotografía. Ha sido un apoyo invaluable para el registro del trabajo de la tropa en las comunas y corregimientos. Es el más joven de todos, tanto que puede que se le confunda con un estudiante de colegio.

Adriana Ibarra es una persona responsable y respetuosa. En su manera de exponer y hablar se nota que le gusta el orden. Dice todo de forma muy clara. Busca hacerse entender. Luisa Guzmán fue la última persona en unirse al equipo. Su timidez no le impide salir todos los días por las calles de la ciudad a entregar la información e invitar a las personas a que se inscriban.

Se cuenta el milagro, pero no el santo, reza un adagio popular. Ellos son los que hacen posible que muchos jóvenes se animen a soñar que sí es posible acceder a la educación superior. Serán 1.800 becas las que se entreguen a los futuros tecnólogos de esta ciudad que empezarán a formarse en 2018.

Cuando llegue el cierre de inscripciones el 4 de octubre, la tropa va a descansar. Descansarán estando tranquilos y tal vez ignorando la semilla de inquietud que sembraron en los jóvenes que los escucharon. Cuando se entreguen las becas, alguien agradecerá pensando en Sapiencia y en alguno de los rostros que vieron de cerca.