• Una carrera tecnológica le permitió a Cindy Ramírez empezar a materializar el sueño de ser ingeniera.
• Cursar primero una tecnología le permitió conocer problemáticas del mundo laboral en las que luego profundizó durante la carrera universitaria.
  

Cindy Ramírez decidió estudiar en el Instituto Tecnológico Metropolitano -ITM- por varias razones, pero había una que le llamaba particularmente la atención: la posibilidad de primero cursar una tecnología y luego continuar el ciclo de profesionalización para convertirse en ingeniera.

Hoy es ingeniera en Telecomunicaciones y desde antes de graduarse ejerce en una empresa en la que desarrolla las áreas tecnológicas y la infraestructura de redes en pequeños y grandes proyectos, residenciales, comerciales o empresariales.

“La doble titulación me permitió desarrollar mis conocimientos desde mucho antes de terminar la ingeniería”, cuenta Cindy, quien siempre tuvo presente que la universidad era el mejor espacio para descubrir, desarrollar y potenciar sus habilidades.

Su gusto por el estudio, y en particular por los temas tecnológicos, se desarrolló en el colegio. En ese entonces “me llevaron a una feria tecnológica y me enamoré de la ciencia que hay detrás de la ingeniería. Y mediante esa ciencia de los desarrollos que puedes hacer para lograr un impacto en tu trabajo”, dijo.

Al terminar el colegio no tuvo que pensar mucho qué quería estudiar. La carrera elegida fue la Tecnología en Telecomunicaciones, del ITM. Y aunque dar el salto a la carrera profesional le pareció exigente, fue posible hacerlo.

“En cuestión de la exigencia en las materias propiamente de la carrera, reciben las mismas materias y en igual nivel”, señaló la joven, a quien le pareció valioso tener que hacer dos tesis, pues “me ayudó a pulirme en el campo de la investigación”.

Paralelo a su formación como tecnóloga e ingeniera, Cindy ejerció el liderazgo estudiantil, como representante de los estudiantes ante el Consejo de Facultad de Ingenierías durante un año y luego ante el Comité Curricular un año y medio más, experiencias que le permitieron participar en la elaboración del nuevo pénsum.

Cindy guarda los mejores recuerdos de su época de estudiante. “La experiencia de estudiar en el ITM fue grandiosa porque el haber llegado a un mundo tan grande como es la educación superior, donde vas a conocer compañeros, profesores y los cursos de extensión, fue todo un descubrimiento”.

Aunque ya es egresada, Cindy no se conforma. Y sigue ligada a su Alma Máter gracias a los programas de capacitación y formación, lo que le permite seguir complementando bien el trabajo con la academia.