Cerramos con éxito la convocatoria de Becas Tecnologías
Cuando iniciamos la convocatoria el pasado 6 de abril, teníamos como meta que para el 16 de mayo mínimo 2.000 jóvenes de la ciudad le apostaran a las Becas Tecnologías como una opción educativa para salir adelante y forjar un mejor futuro para ellos y sus familias. Sin embargo, nuestras expectativas fueron desbordadas por los 4.782 jóvenes que creen en el poder transformador de la educación.
En este resultado mucho tuvo que ver la tropa Sapiencia, integrada por un grupo de jóvenes que caminó por los barrios, subió montañas a pie, en carro, metro, bus o metrocable. En todas las esquinas repartieron volantes y compartieron la información con los interesados en transformar su vida a través de la educación.
Camila Marín, David Ortiz y Marcela Campos, coordinaron a los 3 equipos de troperos durante el casi mes y medio que duró la convocatoria. La vida los llevó a coincidir en este proyecto que acompañó, durante por lo menos 10 días, a cada una de las comunas y corregimientos priorizados.
Fueron 30 personas que salieron a las calles de la ciudad y ayudaron con la inscripción a 2.185 jóvenes en los puntos de inscripción de los 5 corregimientos y las 10 comunas priorizadas.
“Le ayudábamos a la gente de mil maneras. Si no tenían un papel, les dimos un correo para que enviaran los documentos o por WhatsApp también. Hicimos todo lo posible para que la gente sí se inscribiera. Nos encontramos con gente que de verdad necesita de estas becas para salir adelante, esa es su única opción”, contó Camila.
Para cada uno tuvo un significado el haber hecho este trabajo. Sin embargo, todos coinciden en que esto les permitió conocer la ciudad desde otra perspectiva y los puso en contexto con otras realidades.
El contacto con la gente es lo que Camila más destaca de su labor. “Siempre que uno le explicaba a la gente se emocionaban por ellos, por sus familias, por un amigo o un conocido”. En el caso de David, la comunicación fue lo más importante, lograr confianza y credibilidad. “Desde que uno hable con la gente de la mejor manera posible y si a ellos les interesa estudiar, no importan los papeles que tengan que reunir”.
Marcela es profe, aunque a su profesión se sumó la de madre. Para ella esta fue una experiencia muy grata. “Me gustó mucho que cuando fuimos a Granaditas, en Villa Hermosa, la gente nos dijo que nunca nadie se había interesado por ir hasta allá arriba en la montaña”.
Creando lazos con la educación
El trabajo con la comunidad sirvió para acercar la formación tecnológica a las personas de las comunas y corregimientos con niveles más bajos de acceso a la educación superior. “Uno se siente muy bien cuando le crea a la gente la cultura y la idea de que vale la pena estudiar sin importar si es una técnica, una tecnología o una carrera profesional, y que ellos reconozcan que el conocimiento es importante. Cuando esa persona te cree, seguramente va a inscribirse”, comentó David Ortiz.
Una ciudad que se ve tan pequeña y que creemos conocer, es muy diferente cuando se vive a pie y se conocen las historias de las personas. “En San Cristóbal conocimos a un joven con discapacidad para su movilidad, Didier Vélez. Él fue con su familia y se inscribió. Nos contó que vivía en la vereda El Llano. Fuimos allá, conocimos su casa y al resto de su familia”, dice Marcela. La visita sirvió de excusa para que de allí se llevaran algunos productos que ellos mismos siembran y para inscribir a otros jóvenes de la vereda.
Muchos de los jóvenes de la ciudad tal vez recuerden a los miembros de la tropa cuando sean tecnólogos. A ellos y a los 4.782 inscritos, les agradecemos por creer en las Becas Tecnologías de Sapiencia.
El 31 de mayo anunciaremos los preseleccionados que podrán decir: “¡Ya entré ganando!”