Jhon Áviles alcanza el cielo con los pies bien puestos en la tierra

El no tener que preocuparse por el pago de la matrícula de la U impulsó a Jhon Mario Áviles la libertad de soñar y serle fiel a sus deseos de niño de ser un científico. Aplicar a Fondos Sapiencia, a través del presupuesto participativo, le permitió ahorrarse la matrícula de cada semestre de su carrera universitaria y con ese dinero comenzó a construir un capital para invertir en un emprendimiento de base tecnológica que despegó a lo grande y hoy en día va por los cielos.

Decir que va por los cielos no es una exageración, Jhon es cofundador de TreeTech, una organización de jóvenes apasionados en el mundo STEM (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), quienes con la ayuda de la educación, innovación, robótica, desarrollo de software, transporte, realidad aumentada y virtual, domótica, entre otras, proponen soluciones para temas de movilidad, salud, educación y energía; y luego de explorar haciendo robots y carros sostenibles, ahora le apuestan al desarrollo de drones que hacen entregas a domicilio por el aire.

¡Qué nota! Su propuesta es tan novedosa que, hasta Rigoberto Urán, ciclista y empresario, ha invitado a TreeTech para que trabaje con él para ser pioneros en entregas a domicilio con drones.

“Con el dinero que hubiera tenido que pagar una universidad lo usé como un capital inicial para poder emprender, eso es algo fundamental y creo que solo Sapiencia al dar la tranquilidad de poder estudiar permite al mismo tiempo emprender, es un plus que todo joven debe aprovechar. Para mí llevar los papeles y volverme beneficiario fue una bendición, influyó en el rumbo que tomó mi vida”, expresa Jhon mientras va caminando hacia su taller donde trabaja y a la par se parcha con sus amigos a crear prototipos para dar soluciones a diferentes necesidades de las personas.

Buenos vientos

Para conseguir soluciones como caídas del cielo, Jhon Mario Áviles tuvo unos cuantos choques en el camino, unas cuantas reajustadas y vuelva a alzar el vuelo. Porque para él algo “caído del cielo” no significa un milagro materializado de la nada, sino una búsqueda constante con muchos prototipos y años de intento, error y resultados.

Aunque de los 11 años Jhon ya se declaraba un enamorado del mundo de la ciencia y tuvo una actuación destacable representando a Colombia en siete países en eventos y competencias de robótica demostrando la capacidad tecnológica del País en el sector de la robótica, decidió en el 2019, a sus 16 años, entrar a estudiar ingeniería de sistemas en la Universidad de Medellín para aprender a programar y porque quería tener un título que le permitiera proyectarse con más tranquilidad porque sabía que en el mundo del emprendimiento pueden ocurrir muchos reveses y un título universitario le brindaba un poco más de tranquilidad para lanzarse al mundo de los emprendimientos de base tecnológica.

“Tener un título es fundamental porque una empresa o cualquier emprendimiento siempre está al borde de poder fracasar y el título da de cierta forma una estabilidad. Además, entrega conocimientos que pueden ser importantes a la hora de emprender”, dice Jhon feliz porque ya está en 10 semestre, a punto de terminar su carrera.

y recuerda cómo cinco años antes un amigo le estaba diciendo:

“Ey, por qué no te presentás a los Fondos Sapiencia”, y él pensó: “Pues sí, no pierdo nada con meter los papeles”

y ahora está a punto de graduarse, con un emprendimiento cada vez más consolidado y con la felicidad de saber que gracias a Sapiencia su familia pudo estar tranquila y acompañada durante sus años de estudio, y que esa inversión que se ahorró de la matrícula ahora la usa para llegar tan alto como le permita su espíritu científico.