¿Se imagina que su nevera le avise directamente al supermercado cuando le falta un producto y haga el pedido por usted? ¿Se imagina que sus zapatos registren su actividad diaria, la envíe a la nube y de ahí directamente a su doctor?

Esto es posible gracias al “Internet de las Cosas” (IoT en inglés), concepto que nació en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y que propone la interacción gracias a que los objetos cotidianos están conectados a la web y nos permiten acceder a su información desde cualquier lugar, en cualquier momento y desde cualquier plataforma, abriéndonos un panorama de ideas y experiencias únicas para los usuarios, los gobiernos y las ciudades.

En este nuevo horizonte también está incluida la Educación Superior, por ejemplo la Universidad de Wisconsin-Madison en Estados Unidos creó el Laboratorio de Internet de las Cosas que tiene como objetivo “aprender, investigar y experimentar para descubrir y demostrar la promesa del Internet de las Cosas”.

En su página web, la Universidad nos cuenta que el laboratorio “sirve como una emocionante y multidisciplinaria ‘caja de arena’ para el aprendizaje y la investigación, así como una vitrina de innovación y pensamiento de vanguardia para explorar y extender tecnologías de punta y casos concretos. Estamos investigando una variedad de dispositivos y tecnologías emergentes (percepción inteligente envolvente, conectividad persuasiva, interfaces virtuales y computación ubicua), así como su potencial aplicación en consumidores, retail, salud e industria”.

Estas son algunas aplicaciones que puede tener el Internet de las Cosas en la Educación Superior, según el portal U Planner:

Experiencias de aprendizaje mejoradas y resultados

“Con el Internet de las Cosas, las instituciones pueden mejorar los resultados educacionales entregando experiencias de aprendizaje más enriquecedoras y obteniendo insights en tiempo real del desempeño de los estudiantes (…). Una vez conectados a la nube, estas tecnologías de e-learning pueden recolectar datos del desempeño del estudiante, lo cual puede ser usado para mejorar los planes de clases para los próximos años”. Estas variables incluso pueden servir en procesos de acreditación.

Eficiencia operacional mejorada

“Para tener éxito en lo que hacen, las instituciones educacionales deben ser capaces de seguirles el paso a estudiantes, equipo administrativo y recursos, mientras los costos se mantienen controlados. Esto es posible haciendo uso de tecnologías que fácilmente le siguen la pista a las personas, los activos y las actividades”.

Diseños de campus más seguros

“La habilidad del Internet de las Cosas para rastrear objetos, estudiantes y equipo administrativo, así como para conectar distintos dispositivos en el campus, lleva a las instituciones a un nuevo nivel de seguridad”.